Según María Ester García Arzeno y colaboradores (1987) “ (…) el proceso psicodiagnóstico configura una situación con roles bien definidos y con un contrato en el que una persona (paciente) pide que la ayuden y otra (psicólogo) acepta el pedido y se compromete a satisfacerla en la medida de sus posibilidades. Es una situación bipersonal (psicólogo-paciente o psicólogo- familia) cuyo objetivo es lograr una descripción y comprensión lo más profunda y completa que sea factible de la personalidad total del paciente o del grupo familiar (…)”
Asimismo enfatiza la investigación de algún aspecto en particular según la sintomatología y las características de la derivación (si la hubiere). Abarca los aspectos pretéritos presentes (diagnóstico) y futuros (pronóstico) de esa personalidad, utilizando para lograr tales objetivos ciertas técnicas (entrevista semidirigida, técnicas proyectivas, entrevista devolutiva)
Los objetivos del proceso psicodiagnóstico para esta autora son: “ (…) la investigación psicológica debe lograr una descripción y comprensión de la personalidad del paciente. Es menester, además, explicar la dinámica del caso tal como aparece en el material recogido, integrándolo en un cuadro total. Una vez logrado un panorama preciso y completo del caso, incluyendo los aspectos patológicos y los adaptativos, se debe tratar de formular recomendaciones terapéuticas adecuadas (terapia breve y prolongada, individual, de pareja, de grupo familiar o grupal; con qué frecuencia; si es recomendable un terapeuta hombre o mujer; su la terapia puede ser analítica o de orientación analítica o bien otro tipo de terapia; si se presta el caso para un tratamiento medicamentoso paralelo, etc.) “
Los momentos del proceso Psicodiagnóstico para esta autora son:
1) Primer contacto y entrevista inicial con el paciente: el primer contacto con el paciente puede ser directo (personalmente o por teléfono) o por intermedio de otra persona. Se incluye aquí la primera entrevista o entrevista inicial.
2) Administración de test y técnicas proyectivas: administración de la batería seleccionada previamente y ordenada de acuerdo con el caso. También se incluye el tiempo que el psicólogo debe dedicar al estudio del material recogido.
3) Cierre del proceso: devolución oral al paciente ( y/o sus padres)
4) Informe escrito al remitente
El tercer y cuarto momento lo integran respectivamente la entrevista de devolución de información al paciente (y/o los padres) y la redacción del informe pertinente al profesional que lo ha derivado.
“ Estos pasos posibilitan informar al paciente acerca de lo que pensamos que le ocurre y orientarlo respecto de la actitud a asumir más recomendable en su caso. Otro tanto se hace con quien envió el caso psicodiagnóstico. El contenido y la forma del informe depende de quién lo ha solicitado y de lo que ha pedido que se investigue más específicamente. (…)”
Asimismo Maria Ester García Arzeno (2000) al hablar de Psicodiagnóstico primeramente cita a Elena Lunazzi quién considera que el psicodiagnóstico es “ la puesta en marcha de un proceso de investigación; representa el desarrollo del aparato conceptual para explicitar la naturaleza de los datos y los fenómenos que acontecen en su despliegue y sus relaciones con las inferencias clínicas; el psicodiagnóstico es la construcción de un campo de conocimiento.”
García Arzeno (2000) también dice que el Psicodiagnóstico se hace porque hay una demanda de un sujeto y/o su entorno que sufre o hace sufrir. Este es el motivo manifiesto de la consulta, el sujeto quiere saber porque le pasa eso y como solucionarlo. A partir de la descripción del malestar, el psicólogo elabora algunas hipótesis presuntivas o provisorias que le permiten seleccionar la estrategia diagnóstica más adecuada para responder a los interrogantes del consultante y los propios.
A su vez afirma que el Psicodiagnóstico se realiza para responder a la demanda del sujeto y para sugerir la recomendación asistencial más adecuada según sea el caso. Responder a la demanda significa adentrarse en las profundidades del aparato psíquico más allá de lo fenomenológico o de lo observable, porque “hay algo más” que depende de la teoría de la personalidad que cada uno ha adoptado.
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